martes, 9 de octubre de 2018

En busca del silencio

Y entonces fue cuando anunciaron un minuto de silencio, silencio que yo no hallé por ninguna parte y no porque no lo hubiera. Sospechaba que en el aire soplaba un sonido sordo, en perfecta conjunción con el ambiente. Observaba a la gente cabizbaja y en respetuoso mutismo y mientras tanto, en mi oído izquierdo, continuaba la fiesta de silbidos, siseos y rumores propios. Parecía que me estuvieran chivando lo que los demás pensaban en ese tiempo de descuento, y yo alerta por si entendía algo dentro de ese amasijo de confusión. Llegaron los aplausos y dejé de preocuparme por jolgorio que llegaba desde mi cabeza para adentrarme de nuevo en el ruido de la vida. Y como no pude callar mi mente tampoco puedo silenciar mi alma. Rarezas.