miércoles, 29 de noviembre de 2017

Letras 23

Azotaba el bochorno cuando descubrió el verdadero olor a invierno; sentía hielo al respirar. Escuchó la noticia y cogió el chal de cachemira que, a partir de entonces, siempre colgaba por su espalda. La tiritona le agitaba el ánimo a pesar del sudor. Sólo entraba en calor cuando dormía, cuando los sueños derretían su heladora realidad. Abrigaba todos los días su corazón y su alma, y por la noches, se encogía como ovillo en su cama y se convertía en escudo de ella misma, de su mente y de su desdicha. Cada día estiraba más y más las horas de sueño para evitar el escalofrío de una vida en la que el único sorbo caliente venía de la mano de una taza café. Las estaciones se sucedían pero nunca acababa de limar la capa de escarcha que se pegó a su piel. Hacía cosas disparatadas para ponerse enferma y recordar, a través de un proceso febril, lo que era el calor. Lo consiguió. Durante los tres días que permaneció en la cama su temperatura no bajó de los 38 grados; pero se dio cuenta de que el calor de una dolencia nada tiene que ver con la calidez necesaria para vivir. Envolvió el chal en papel de regalo y lo tiró en la primera papelera que se encontró. Volvía a golpear el bochorno y tuvo que abanicarse, por fin!     

jueves, 23 de noviembre de 2017

Letras 22

- ¿Y por qué París? Dame una razón. 
- Porque empieza por "p" como mi nombre.
- Eso no es una razón, eso una coincidencia.
- Porque allí podría desayunar croissant de mantequilla, que es lo típico.
- Aquí también puedes hacerlo.
- Porque quiero subir a la Torre Eiffel a pesar de que tenga vértigo. Necesito arrojar mis miedos y cuando sienta la ligereza de la felicidad, besarte.
- Yo necesito besarte para acabar con los míos ¡Vayamos a París!

martes, 21 de noviembre de 2017

Reflexión 71

Las sonrisas que nacen del esfuerzo por dar la espalda al infortunio son tan insípidas como las lágrimas fingidas que no saben a sal.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Reflexión 69

Limando los miedos de la vida consigo afilar el ímpetu y rascar ahora sonrisas donde antes me arañaban las incertidumbres.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Letras 21

Me gustan los lugares de los que cuelgan relojes parados, son mágicos. El café, el beso, el libro y las palabras se convierten, por un ratito impreciso, en infinitos. Adoro la hora anclada de tu muñeca cuando me abrazas. Quiero tiempo que no corre en esta vida que vuela.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Reflexión 68

¿Dónde se esconde mi voz cuando grito un agudo silencio tan persistente y tozudo que nadie escucha? En aquel mismo lugar en donde permanece enterrada mi alma cuando se seca de ilusiones y no resucita.