viernes, 14 de octubre de 2022

SAL DE OTOÑO



8 de octubre. Sorprende que amanezca día de playa y sólo los crédulos, o los nostálgicos, salpicamos el arenal. El mar escupe olas soberbias que se rizan y arrastran altos decibelios de música salada; rompen con estruendo y agonizan alcanzando nuestros pies llenas de una espuma a modo de puntillas de encaje. 
Al cabo de unas horas, todo se calma y el silencio equilibra el agitado espectáculo. Ese silencio tan profundo me marea y necesito agarrarme a la arena para no hundirme. Me recupero en la siguiente ola. Vuelve a sonar la vida. Y dejo los temores para otro espacio, para otro vacío, ahora el momento derrocha la sal más dulce de un otoño que acaba de nacer.