viernes, 23 de junio de 2017

CAPRICHOS NOCTURNOS

La luna brilla en esta recién estrenada noche de verano, una noche que ha llegado de repente, por la espalda; trae el final del día y el tiempo se derrama y se esconde. Algo termina, pero cabe esperar que también algo comience en un crepúsculo que invita al amor, a la placidez, a la pasión y a confidencias repletas de sueños. Mutan los colores vivos del ocaso a transparentes, pero se muestran igual de relucientes por la lluvia de estrellas que nos decoran este momento de felicidad que llega de la mano de tus caricias. Pido un deseo, y lo suelto al aire sin pudor; lo comparto con picardía a modo de burbuja para que explote en la punta de la nariz del geniecillo e invada todo con el aroma del sándalo de tu piel. Como me lo negará, porque traspasaría la dicha permitida, le soborno prometiendo lustrar el bronce y azuzar la llama de la lámpara con el aceite necesario que la mantenga siempre viva. Le enternezco y aunque se opone a mi capricho, me obsequia con la enseñanza de olvidar los sueños para saborear plenamente este momento antes de que me lo robe el amanecer.   

lunes, 19 de junio de 2017

MERCANCÍA

Sin beso de buenas noches te quedas. Aunque estés acostada y en camisón de satén. Aunque no te falte compañía. A pesar de haber escuchado, hace un instante, que eres una diosa. Aunque te acabe de acariciar con más morbo que ternura. Sólo deseas que se vista y se marche cuanto antes; que deje sus billetes arrugados, a ser posible sin pegotes de licor, y que cierre la puerta sin violencia. Al menos se ha desfogado sin peticiones extravagantes. Mientras te duchas, lloras, porque sabes que otra noche, aunque duermas, será imposible que puedas soñar.

lunes, 5 de junio de 2017

URGENCIAS

La coge con sus propias manos y la parte en dos. La servilleta no da para mucho, pero saca del apuro. De un apuro desafortunado para una primera cita en la que se tiene el atrevimiento de comer una ración de ostras de procedencia dudosa. La urgencia llega acompañada de una orquesta de variados sonidos que nada tienen que ver con el romanticismo. Tras la estampida de ambos para aliviar las consecuencias de la incipiente gastroenteritis la despedida quedó en el aire. Al día siguiente uno sorprende al otro con este mensaje: “¡vaya cagada de cita la de ayer! Y desde entonces no han parado de reírse.