lunes, 5 de junio de 2017

URGENCIAS

La coge con sus propias manos y la parte en dos. La servilleta no da para mucho, pero saca del apuro. De un apuro desafortunado para una primera cita en la que se tiene el atrevimiento de comer una ración de ostras de procedencia dudosa. La urgencia llega acompañada de una orquesta de variados sonidos que nada tienen que ver con el romanticismo. Tras la estampida de ambos para aliviar las consecuencias de la incipiente gastroenteritis la despedida quedó en el aire. Al día siguiente uno sorprende al otro con este mensaje: “¡vaya cagada de cita la de ayer! Y desde entonces no han parado de reírse.

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