viernes, 13 de octubre de 2017

PURA VIDA

Te miro y me das savia.
Escucho tu voz para sisar inteligencia. 
Te acaricio y besas mi alma. 
Hueles a leña robusta y honesta, a calidez de chimenea, a hogar. 
Sabes a cerezas y a jamón de pata negra, como tú. 
Calmas la sed con el agua fresca de tu amor, que renuevas cada día para dar lo mejor de ti. 
Envuelves tus gestos con la seda de la sensibilidad, para que los demás, en nuestros días inspirados, logremos vibrar con el sonido de la poesía vital que te rodea. 
Salpicas humanidad y nos mojas con tu alegría y autenticidad. 
¡Eres pura vida!

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