viernes, 7 de septiembre de 2018

Letras 29

Continuo "vilijando" las flores cada día. El jardín de tu recuerdo está precioso a pesar de que ya se va despidiendo el verano. Siempre que me adentro en mi oasis de sueños me regala colores, aromas y una buena dosis de belleza regada con las emociones de una vida. Al rosal le han salido algunos espinos que, a veces, me arañan, pero no quiero arrancarlos, porque con cada rasguño brotan lágrimas vitales para sanar. El olor del azahar revolotea a mi alrededor y algunas abejas se personan ante el inexcusable reclamo para fabricar su dorado tesoro. Por las mañanas, las lavanderas blancas acuden a la fiesta, así que ahora ya llegaron los pájaros como te preocupaba en algún amanecer de silencio y mirada débil. Ayer se posaron dos mariposas azules sobre las margaritas y volaron pizpiretas al ver que respondía "sí". He descubierto un nuevo matojo de flores silvestres que han salido de manera inesperada y tímida; sus pétalos diminutos y frágiles refrescan alegremente ese rincón y se han convertido en mis favoritas. Alguna tormenta rabiosa anega de vez en cuando el césped, odio que pase eso porque cuando camino me hundo sobre mis pasos y cuesta, moja y siento frío, pero nunca olvido que al día siguiente saldrá el sol para secar males pasajeros. 
Y pienso que todo comenzó con un trébol de cuatro hojas que me regaló la fortuna de que fueras mi maestro y en que tengo que buscar hueco para un arbusto de lilas.

Nota aclaratoria: "Vilijar" significa vigilar en vocabulario infantil.

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