lunes, 31 de octubre de 2016

NEBULOSA

Sigo observando mi trocito de cielo mientras permanezco tumbada sin moverme. Las nubes juguetean hasta desparecer en el horizonte perseguidas en su adiós por una bandada de golondrinas cuyo piar anuncia la llegada del frío. Un frío abrasador me recorre la espalda. Siento mi piel desprotegida contra el suelo. Me llevo la mano a la cintura y toco mi camisa hecha jirones. Mis dedos temblorosos regresan ensangrentados. Marea el silencio. Giro la cabeza y veo borroso, dentro de la nebulosa intuyo el coche volcado. Ahora todo es certeza. Quiero gritar de miedo pero me ahoga el dolor.

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