miércoles, 15 de marzo de 2017

ÚLTIMO PÉTALO DE PRIMAVERA

Todo había pasado ya, y sin embargo sentía que lo hecho carecía de sentido. Le inundaron las ganas de volver hacia atrás en el tiempo para poder destejer el día con sus promesas eternas. Quiso llorar al darse cuenta de que la temporalidad del sí era tan breve que se convertía en un quizá con tendencia al jamás. Había sido una boda de ensueño. Ella, siembre bella, rozaba la prohibido. Entre los invitados que lucían cuerpo de samba, su mejor amigo le regaló unas palabras llenas de cariño. El menú, digno de estrellas y de michelines, y la juerga, sorprendieron a un amanecer tranquilo y frío.

Había recibió noticias de su médico. Su diagnóstico se presentaba tan efímero y fugaz como las palabras que horas antes selló con un intenso beso. Su vida con una sola bala, no suspiraría más allá del inicio de la primavera y el calendario que colgaba torcido en la pared de la cocina, señalaba 20 de febrero. Apuntó con un lápiz la cuenta atrás. La muerte venía acompañada de la certeza de que permanecerían juntos hasta el 21 de marzo donde la sombra de un destacado círculo rodeaba la palabra adiós. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario