viernes, 31 de marzo de 2017

DEL VERBO AMAR

Las vidas se unen, las almas se acercan. Los labios se encuentran, los cuerpos se anudan y se funden en abrazos y comparten placer. Las sonrisas coinciden mientras se regalan miradas, las bromas se cruzan y un recital de susurros y piropos furtivos vuelan hasta sus oídos. Caminan con las manos trenzadas y en la misma dirección. Comparten sueños y superan realidades. Se secan las lágrimas y en cada tropiezo, sustentan al otro con una mágica red. Se desnudan de corazón, y en cueros, sin más escudo que la piel, bailan al son de la danza tribal de sus latidos. Se tatúan su saliva y su sudor. En las batallas vitales se ofrecen aliento y fuerza. Cuidarse, protegerse y respetarse no son verbos, son mandamientos sagrados. Los mimos les alcanzan como balas, y su hogar se colma de algodones en los que zambullirse para encontrar un sosegado cobijo. Todo esto es el amor.

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