jueves, 31 de marzo de 2016

PREFIERO EL SOL

A veces me gusta que llueva, sobre todo en los días en los que la tristeza me tambalea y no soy capaz de escupirla a través de mis lágrimas; en esos días, las gotas de lluvia me liberan por su semejanza al llanto. También agradezco un chaparrón cuando mi alegría es tan inmensa que paraliza cualquier manifestación de júbilo por mi parte; en ese caso, una buena tormenta con rayos luminosos y truenos profundos, equilibran mi estado y muestran la intensidad de mi felicidad. Salvo para estas excepciones, prefiero el sol.

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