miércoles, 30 de marzo de 2016

PUERTAS

Cansada de portazos vitales decidió entregar las llaves de una puerta que en realidad nunca le quisieron abrir. Jamás la encontró abierta de par en par y rebosante del aire fresco que soplan las nuevas ilusiones. Su reparo a empujarla era fruto de no sentirse bien recibida, como esperaba. Siempre estaba entreabierta y se sospechaban amenazantes sombras de un pasado mugriento. Cuando tímidamente se asomaba se desprendía un olor taciturno de los restos de batallas, aún humeantes, en las que no participó pero que también le herían. Durante años soñó y luchó por traspasar esa barrera, creía que su luz, alegría y belleza le aportarían el poder y la magia de un "ábrete sésamo" pleno, pero volvió a oír otro golpe y fue el último.   

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