lunes, 23 de mayo de 2016

EL PROPIO OLVIDO


"En esta casa no vive Mizuki Tanaka", gritó furiosa a la cartera cerrando la puerta bruscamente. Las cartas eran de Catalina, su amiga de juventud, que extrañada por la correspondencia devuelta y por no tener noticias en unos meses, decidió telefonear. Atendió la llamada Mizuki: "No, aquí no vive; ¿es usted la que trae las cartas", preguntó en esta ocasión con tono dulce. Su hija tomó el teléfono: "Hola Catalina, sí, hablabas con ella, desde hace tiempo no recuerda nada, cree que es española…". Compungida, añadió: "Mi madre se ha mudado al olvido". Al fondo se escuchaba: "Es increíble, ¡cómo pueden confundirme con una japonesa!"

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