lunes, 16 de mayo de 2016

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Desde el otro lado del planeta se activó el protocolo. En la habitación 112 del hospital palpitaron con entusiasmo las ganas de vida al anunciarse la llegada del anhelado corazón. El tiempo dejó de ser enemigo y comenzó a medirse en latidos de esperanza. Al conocerse el accidente de la avioneta que trasladaba el órgano, hundida en el océano, las horas frenaron haciendo derrapar las ilusiones engendradas. Ya no había pulso, sólo el que la adversidad le echaba de nuevo a un corazón exhausto que finalmente no pudo empujar. En las habitaciones aledañas tocó a la puerta una mano amiga regalando una segunda oportunidad.

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