No hacen falta amplios horizontes para percibir la fortuna que te rodea. Yo soy más de pequeños y delicados rincones en los que el espacio me abraza y vigila que no se escape ni uno solo de los motivos que me hacen suspirar de alegría. Quizá, me conformo con poco o quizá, la felicidad es mucho más sencilla de lo que creemos. Lo difícil consiste en valorar la simpleza de las cosas sin necesidad de haberlas perdido.
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